UNIDAD 1- LA
CULTURA POSMODERNA
LA DECADENCIA DEL
PARADIGMA SIGLO XX
Algunos
puntos básicos que llevaron al viejo paradigma del capitalismo industrial
avanzado, del mundo bipolar y la cultura de la modernidad a su desgaste y
desaparición.
Entre ellos
encontramos:
1.
La crisis de la cultura de la modernidad.
2. La crisis económica que
produjo la decadencia del industrialismo, modelo industrial avanzado.
3.
La decadencia del Estado de Bienestar, lo cual significa la
decadencia de la Política y el reinado de la Economía.
4. La revolución de la
tecnología de las comunicaciones, como avanzada de un profundo cambio
tecnológico que sacude las estructuras productivas del modelo.
5. La caída del bloque
socialista y la posterior desaparición de la Unión Soviética.
CRISIS
DE LA CULTURA MODERNA
El MARCO CULTURAL
constituye la forma de vida de una sociedad y sobre ese marco se construyen los
modelos económicos, las estructuras sociales y los sistemas políticos.
El marco cultural del
viejo paradigma es el que tomó el nombre de Modernidad.
El
pensamiento moderno hace su aparición durante el Renacimiento (siglo XV),
cuando el Hombre vuelve a pensarse como centro del mundo y se aleja de los
preceptos religiosos que comandaban la vida en el medioevo.
La
Modernidad que nace con pensadores como MAQUIAVELO[1] y
artistas como MIGUEL ANGEL[2],
afirma la voluntad humana por sobre todas las cosas, quebrando el espinazo del
pensamiento mítico, mágico y religioso que había prevalecido desde los inicios
de la historia humana.
A partir
del SIGLO XV comenzará a tomar forma un pensamiento basado en la razón humana
sin intervención de factores míticos o religiosos, y esta vertiente alcanzará
su concreción en los pensadores iluministas del siglo XVII-XVIII.
HOBBES[3],
HUME[4],
LOCKE[5],
ROUSSEAU[6],
entre otros, intentaban iluminar con su razón la realidad humana y comenzaron a
reflexionar sobre las diversas formas que se da el hombre con su voluntad para
organizarse en sociedad, construyendo el primer modelo de pensamiento político
moderno: EL LIBERALISMO.
La clase en
ascenso por aquel entonces, SIGLO XVIII, era la BURGUESÍA que luchaba por
conseguir los privilegios de LOS NOBLES aún en el poder que estaban cuesta
abajo.
Y la
burguesía impulsaba un nuevo modelo económico apuntalado en la Primera
Revolución Industrial: el incipiente CAPITALISMO INDUSTRIAL[7].
De tal modo
el PENSAMIENTO MODERNO DEL LIBERALISMO se enlazaba íntimamente con el modelo
económico capitalista a través del ESLABÓN DE LA BURGUESÍA.
Corría el
SIGLO XIX cuando se produjo EL TRIUNFO final de este SECTOR BURGUÉS
LIBERAL-CAPITALISTA dando forma a UNA CULTURA SÓLIDAMENTE INSTALADA EN
OCCIDENTE, LA MODERNIDAD.
Esa cultura
de la modernidad continuó su camino hasta mediados del SIGLO XX para juntarse
con el modelo industrialista, pero paradójicamente, llega a este punto
debilitado, anémico.
¿CUÁLES
ERAN LOS PILARES DE LA CULTURA DE LA MODERNIDAD?
Fundamentalmente
la CONFIANZA EN LA RAZÓN Y EL PROGRESO.
Confiar en
la razón era suprimir toda otra pauta de comportamiento para hacer frente a los
problemas. No ERA NI LA FE NI EL DESEO lo que pondría al Hombre en camino de su
realización, sino la férrea VOLUNTAD DE LA RAZÓN.
EL
ILUMINISMO[8]
alumbraría dos teorías básicas que aspiraban a ordenar la realidad humana desde
la razón. Una EL LIBERALISMO[9],
otra EL MARXISMO[10],
la primera tuvo su nacimiento oficial con la REVOLUCIÓN FRANCESA DE 1793, la
segunda con la publicación del MANIFIESTO COMUNISTA EN 1848.
Ambas
teorías, ambas ideologías, son hijas de una misma madre: LA RAZÓN y ambas
doctrinas son hijas de un mismo padre: EL ILUMINISMO, y ambas doctrinas
levantan LA MISMA FE: EL PROGRESO. Ambas ideologías se desarrollarán de forma
paralela y pasarán a disputar el protagonismo histórico durante un siglo.
Básicamente
la disputa entre liberalismo y marxismo es la disputa entre dos verdades, y ya
se sabe que la razón (como la fe) solo admite una verdad.
Porque el
pensamiento racional es el que da origen al pensamiento científico y el objeto
de la ciencia es llegar a LA verdad, LA MODERNIDAD ES UN TIEMPO QUE ASPIRA A
ALCANZAR LA VERDAD. Incluso sus doctrinas políticas, liberalismo o marxismo, se
suponían ambas poseedoras de la verdad.
Y en esa
disputa circuló el quehacer intelectual durante la vigencia del viejo
paradigma. Así como un poder político bipolar se repartía el mundo, una
bipolaridad intelectual se repartía el universo de las ideas.
En el viejo
paradigma no había lugar para lo gris o lo relativo: o se estaba de un lado o
se estaba del otro.
Era una
verdad que EL HOMBRE SE REALIZABA POR SU TRABAJO, una verdad asumida tanto por
el liberalismo como por el marxismo, y el trabajo era un verdadero credo. Y el
sistema del viejo paradigma así lo reflejaba mediante su organización laboral
vertical disciplinaria.
Porque esta
sociedad era una SOCIEDAD DISCIPLINARIA, donde las normas establecían las
funciones y roles de cada agente social, en la que existían guías, y los mapas
para recorrerla eran claros y consistentes.
No había
lugar en el viejo paradigma para las aventuras intelectuales personales que
rompieran el molde establecido, y la vida misma, la vida diaria, también
respondía a este molde disciplinario donde cada quien sabía qué era lo que
tenía que hacer. Una normatividad social por todos aceptada que dejaba en claro
la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto, lo bueno y lo malo. Una
normatividad social respetada como esencia de la solidez de los lazos sociales
que unifican la comunidad, el Pacto Social. Una normatividad social que
privilegia el interés común por encima de los intereses individuales, en la búsqueda
de la totalidad.
No estamos
hablando aquí de autoritarismo sino de disciplina social, una organización
normativa que reparte premios y castigos.
Otra de las
características que asume LA VERDAD es que resulta Universal, se trata de una
forma de vida dominada por una MORAL UNIVERSAL.
La LIBERTAD
es una verdad universal, la IGUALDAD es otra verdad universal. Liberalismo y
marxismo disputarán sobre qué interpretan cada uno de la palabra Libertad y de
la palabra Igualdad, pero ni liberalismo ni marxismo dejan de reconocer a ambos
conceptos como verdades.
La
modernidad no aspira a la diferencia sino a un destino común para todos, un
destino de progreso, el camino de la utopía, la visión en el futuro.
Y es el PROGRESO el otro elemento ESENCIAL
DENTRO DE LA CULTURA DE LA MODERNIDAD.
El Progreso
se entiende como el destino ineludible que le espera a la Historia Humana,
significa que la Historia del Hombre siempre sigue una línea en dirección hacia
delante y hacia arriba, una flecha lanzada en diagonal hacia el cielo sería la
figura exacta de lo que le espera al futuro humano, y esa palabra, Futuro, es
la que se relaciona íntimamente con el Progreso, un progreso siempre fogoneado
por la acción de la Razón expresada en la ciencia.
Si el
Progreso es el destino ineludible del Hombre, como pensaba el viejo modelo
cultural, al Hombre le espera un futuro mejor y ese futuro llegará, no como un
regalo de Dios sino como consecuencia de la razón humana.
Por eso el
Hombre de la modernidad proyecta, piensa en su futuro, realiza sus actos con
ese objetivo, incluso resigna el presente en pos de ese futuro mejor que le
espera, pospone, no se entrega al deseo.
Y en esa
búsqueda de Futuro, el hombre de la modernidad rescata el Pasado como escalón
esencial de la escalera del Progreso, porque para subir hacia el mañana es
necesario asentarse firmemente en el escalón previó del ayer. En ese tránsito
el hoy es simplemente un momento de paso.
Pero la
modernidad tiene un costado rebelde y transgresor, y ese costado rebelde se
observa tanto en el liberalismo como en el marxismo.
LA
MODERNIDAD NO ES UNA ÉPOCA DE TRANQUILIDAD, SINO UN TIEMPO DE EFERVESCENCIA, DE
LUCHA, de revolución.
Cuando la
modernidad apunta al progreso para asegurar el mejor destino de la humanidad, a
lo que apunta es al cambio y la transformación.
Y el ícono
fundamental del cambio es LA REVOLUCIÓN.
La
REVOLUCIÓN POLÍTICA es entendida POR LOS MARXISTAS como la voluntad racional de
los pueblos que puede llevarlos al poder mediante LA ACCIÓN LIBERADORA DE LAS
ARMAS.
La lucha
armada es una realidad durante el viejo paradigma, porque la lucha armada lo
que hace es resignar el presente en busca del futuro.
Pero no
solo en el marxismo la palabra revolución resulta un factor esencial, sino
también en el LIBERALISMO, en el que la incesante revolución de la estructura
económica era desde adentro, por parte del mismo sistema capitalista.
De este
modo LA IDEA DEL CAMBIO FORMA PARTE ESENCIAL DEL VIEJO PARADIGMA, pero a
diferencia de la concepción del cambio que veremos adopta el modelo cultural
del siglo XXI, EL CAMBIO DE LA MODERNIDAD ES SIEMPRE UN CAMBIO HACIA DELANTE,
UN CAMBIO HACIA EL PROGRESO.
Lo que guía
entonces la acción durante la vigencia del viejo paradigma es la razón, y este
factor nos afirma la preponderancia de lo político (como aplicación de las
Ideas en la organización social). La idea por delante de la realidad, incluso
la idea desafiando a la realidad. Es decir, LA POLÍTICA CONSTRUYENDO LA
REALIDAD.
Y esto se
verifica en el Estado de Bienestar que rige al viejo paradigma del capitalismo
industrial avanzado.
El Estado
(la política) se encuentra por sobre los otros factores de poder, el Capital y
el Trabajo, los domina y los dirige. Es la Política, son las ideas, las que
rigen el mundo. En el nuevo paradigma el reinado lo pasa a ocupar el mercado
económico.
Dentro de
los paradigmas de análisis de la realidad del siglo XX el de la cultura de la
modernidad es el que más tempranamente comenzará a desvanecerse.
Mientras LA
ESTRUCTURA ECONÓMICA Y SOCIAL DEL CAPITALISMO INDUSTRIAL AVANZADO RECIÉN
ENTRARÁ EN DECADENCIA A PARTIR DE LOS AÑOS 70 y EL MARCO POLÍTICO de la Guerra
Fría EN LOS AÑOS 80, el ELEMENTO CULTURAL DEL VIEJO PARADIGMA ya mostrará
SIGNOS DE AGOTAMIENTO A PARTIR DE LOS AÑOS 50 DEL SIGLO XX.
El modelo
cultural de la modernidad entrará en crisis, y ese declive comenzará a partir
de los años 50 en las artes, para acompañar un cambio sustancial de la sociedad
a partir de los años 70 y 80 configurando lo que hoy se conoce como Cultura
Posmoderna o Hipermoderna, o sea, la nueva cultura del siglo XXI.
LA POSMODERNIDAD: EL CONSUMO COMO CONFIGURADOR DE LA
IDENTIDAD
Cae la
“razón”, aparece el “deseo”, se disuelve el “Progreso” se establece el
“Presente”
La
modernidad en crisis, llevó al Hombre a cuestionar que la razón moderna pudiera
como prometía llevar a la humanidad a su meta de progreso y felicidad.
El ídolo de
la Razón y la fe en el Progreso estaban fuertemente cuestionados a mediados del
siglo XX, como también la ciencia. No había pues nada sólido, todo era proceso
y movimiento.
Allí donde
la modernidad buscaba verdades últimas, la nueva ciencia solo ofrece
posibilidades. No hay una realidad fija y cognoscible sino realidades
individuales. Todos los problemas parecen anclar en las particularidades de
cada individuo, aún la pobreza o la marginación. Cada persona debe ser
responsable de su suerte.
Donde la
modernidad veía un único sentido apuntalado por una sólida ideología, la
posmodernidad comienza a ver un abanico de pensamientos, muchos juegos del
lenguaje sustituyendo los grandes relatos ideológicos.
No hay ya
un orden racional sino solo espontaneidad, y se desvanece el interés por la
Historia pues ya no constituye una herramienta válida para construir el futuro,
un futuro que pierde todo sentido frente al imponente presente.
Los tiempos
se someten al presente, el futuro es una gran desilusión y el pasado una
profunda frustración.
Así se
cierran los caminos de la modernidad derribadas las columnas de la Razón y del
Progreso, debido a que el viejo paradigma se queda pues sin su soporte cultural
y el nuevo paradigma se afinca en un nuevo sustrato cultural, la posmodernidad,
como bautizó Jean Francois Lyotard a esta nueva cultura.
La
satisfacción del deseo aquí y ahora será la base cultural del nuevo paradigma. El resultado: una sociedad de consumidores.
No más
ordenamiento disciplinado y racional, ahora espontaneidad flexible, libertad
personal. No más una moral universal de valores que deben ser respetados por
todos, sino libre aceptación de una multiplicidad de comportamientos basados en
valores todos válidos, el reinado de la ética personal. No más progreso lineal,
sostenido y en avance perpetuo, ahora un desarrollo dentro del sistema, que
prevé avances y retrocesos, caídas y estancamientos. No más abordar la realidad
críticamente para transformarla, ahora abordar la realidad para reconocerla y
adaptarse a ella. No más ciudadanos activos en sociedades de ideales comunes,
ahora una suma de consumidores en busca de la satisfacción infinita de deseos
individuales persiguiendo el objetivo anhelado de la felicidad personal.
Describir
la posmodernidad es también describir al Hombre que vive dentro de esta
atmósfera cultural, el Hombre Posmoderno es en definitiva el habitante
integrado al Nuevo Paradigma.
Robert
Lifton caracteriza a la generación del siglo XXI como seres “proteicos”. Crecen
en barrios cerrados, se atienden en prepagas médicas, compran on-line,
acostumbran a acceder a la información, solo prestan atención unos instantes,
son menos reflexivos y más espontáneos. Piensan en sí mismo como intérpretes
más que como trabajadores, y quieren que se les considere antes su creatividad
que su laboriosidad. Han crecido en un mundo de empleo flexible y están
acostumbrados al trabajo temporal. Sus vidas están menos asentadas y son más
provisionales que las de sus padres. Son más terapéuticos que ideológicos, y
piensan más con imágenes que con palabras. Son menos racionales y más emotivos,
consideran el centro comercial su plaza pública, ý para ellos es igual
soberanía del consumidor que democracia. Pasan tanto tiempo con personajes de
ficción que forman parte de su vida. Sus mundos tienen menos límites y son más
fluidos ya que han crecido con el hipertexto. Tienen una percepción de la
realidad más sistémica que lineal. Tiene poco interés por la Historia, pero
están obsesionados con el estilo y la moda.
Para estos nuevos hombres lo que importa es el
acceso y estar desconectado es morir. En la vida posmoderna no vale el
sacrificio, porque debe realizarse ahora, porque este hombre vive el presente.
En palabras
de J. Rifkin, “la era posmoderna está ligada a un nuevo estadio del capitalismo
basado en la mercantilización del tiempo, la cultura y la experiencia de vida;
mientras que la era anterior correspondía a un estadio anterior del capitalismo,
basado en la mercantilización de la tierra y de los recursos, la mano de obra
humana y la fabricación de bienes”.
La cultura
del siglo XXI es simultánea y atemporal, esta transformación es posible a
partir de la revolución de la tecnología de la información y la comunicación
que conquista nuevos límites temporales y espaciales.
La
obsolescencia acelerada, el reinado de la moda, la cultura de la urgencia, la
satisfacción inmediata del deseo, la presión por el consumo, la
superficialidad, la imagen, la experiencia cultural, la primacía del zapping,
la innovación permanente, la obsesión por el presente, la mercantilización del
tiempo, son todos factores de la posmodernidad que dejan en claro la emergencia
de lo efímero, donde prima lo ligero.
Ante esta
realidad la personalidad del Hombre del nuevo tiempo se ajusta a ella. Si la
vida es “ahora” y no vale sacrificarse por ningún pasado ni por el futuro, vale
entonces solo aplicarse a la satisfacción en el presente abandonando cualquier
pretensión histórica.
El hombre
del siglo XXI se encuentra huérfano de cualquier arraigo, pierde identidad, se
convierte en un ciudadano global.
Así como en
la modernidad la Razón ocupaba el sitial de agente organizador del pensamiento
y la cultura, en la posmodernidad otro concepto ocupa ese lugar, el Deseo.
Para la
modernidad el Hombre se movía por cálculos racionales que se reflejaban en el
“principio de realidad” como factor a seguir, para la posmodernidad, al
suplantar la Razón por el Deseo, el motor de la actividad humana es el
“principio del placer”.
El exceso
es la norma, y como antiguamente la norma era la enemiga del exceso, hoy,
cuando las normas se debilitan o se ausentan, nada es excesivo.
Donde hay
Deseo ya no hay represión sino expresión y satisfacción, hay libertad(es)
individual(es).
Una de las
derivaciones directas de la satisfacción del Deseo es el consumo, ya que en un
mundo donde lo comercial está omnipresente la casi totalidad de los deseos
humanos pueden ser satisfechos por el mercado.
La
aparición del marketing es una señal clara de esta realidad que revela la
característica consumista del nuevo hombre posmoderno, el que dejó de lado el
valor moderno de la reputación que abreva en la historia personal para abrazar
el valor posmoderno de la personalidad que se manifiesta en la imagen.
El mundo de
la hipermodernidad es un gran escenario donde todo se experimenta y se
representa, y en ese escenario actúan el Hedonismo y el Narcisismo.
Cuando se
habla de goce se hace referencia a todo tipo de expresión del Deseo, y en el
nuevo siglo posmoderno la herramienta esencial es el consumo, por lo cual el
Hedonismo es la satisfacción del deseo mediante el mayor placer, que siempre es
conquistable a partir del consumo.
Un Hombre
hedonista es un Hombre consumista. Porque además la verdadera satisfacción está
en la búsqueda del deseo y no en su concreción.
Vale aquí
hacer dos aclaraciones, la primera es que la belleza fundamental a la que
aspira el Hombre posmoderno no solo es interna sino esencialmente exterior,
coincidente con la celebración de lo externo y lo superficial y la valorización
de la imagen; la segunda es que se trata de la propia belleza, lo cual revela
un grado de individualismo creciente, en el que la importancia está en UNO
MISMO.
El
narcisismo es el detonante del culto a la juventud, junto con la idea de que
solo hay un tiempo, el presente. Si la belleza primordial es la exterior para
ella no hay nada más amenazante que el paso del tiempo, un tiempo que la
posmodernidad se empeña en ocultar, siendo la preservación (por todos los
medios) de la eterna juventud el medio adecuado para esconderlo. Por esta razón
es que en la nueva cultura hipermoderna la COMUNICACIÓN es tan importante,
tanto como para el viejo paradigma lo eran la física o la historia.
La Historia
ya no tiene importancia para la posmodernidad ya que no se considera una
referencia para comprender el presente sino una simple colección de fragmentos
narrativos que pueden reciclarse, porciones de presente ubicados en el pasado,
no una línea de tiempo cronológico sino una red de sucesos.
Por ello el
arte posmoderno recoge un collage de estilos históricos unidos para sorprender
y estimular, eclecticismo, mezcla de códigos, derrumbe del concepto de alta
cultura, disolución de la frontera entre vida cotidiana y arte, donde TODO
VALE.
En la
posmodernidad todo es relativo, nada es definitivo, nada es bueno o malo, todo
es aceptable, nada es cuestionable definitivamente. Todo valor es similar a
otro, por lo tanto, todo valor se disuelve.
En nuestro
tiempo todo se respeta sin afectar rangos de valor. Contra la autoridad se
erige el dios de la comunicación y el diálogo del consenso.
No quedan
ya las convicciones sino las identidades, y la diferencia es que las
convicciones se argumentan mientras que las identidades se afirman, por lo tanto,
no son materia de discusión.
El termino
pos-modernidad fue puesto en análisis e incluso suplantado por el de
hiper-modernidad, ambos términos se revelan como un significado en sí mismo, ya
que el nuevo modelo cultural es el tiempo de lo pos y de lo hiper, ya que
nuestro siglo XXI es un tiempo de excesos, de sobredimensionamiento, de
superación de límites, hipertextos, hipermercados, hiperrealidades.
En ese
proceso de redimensionamiento de viejos espacios y tiempos todo es válido y
aceptado, no hay límites, y no los hay porque están expurgados de su espíritu
vital.
Pueden
traerse al presente formas de vestir que en otros tiempos causaban escozor,
simplemente porque su costado cuestionador o transgresor ha sido eliminado, o
convertir en un espectáculo mediático la actuación de un grupo musical que en
otros tiempos hubiera sido tildado de subversivo o satánico.
Este
reciclaje cultural admite entonces cualquier tipo de material, no importa cuál
haya sido el espíritu histórico y social que le sustentase, porque para el
pensamiento hipermoderno el pasado no es tenido en cuenta y el futuro no
existe.
Es posible
entonces unir elementos encontrados u otrora contradictorios porque han sido
previamente vaciados de contenido, y esto se puede ver en las posiciones de los
partidos políticos que en su discurso se permiten relacionar conceptos como
justicia social y libertad de mercado, por ejemplo, sin que se suponga que son
contradictorios (como efectivamente lo son), simplemente porque su sentido
histórico ha sido eliminado y los términos vaciados de su contenido
transformador, o también en las expresiones artísticas que relacionan estilos
otrora diversos.
El arte se
integra a los circuitos de consumo perdiendo la vieja distinción entre alta cultura
y cultura popular, ya que el posmodernismo involucra a los bienes culturales
como objeto de arte, cualquier cosa puede estetizarse. Mientras el diseño y la
publicidad confluyen con el arte e ingresan a los museos al tiempo que el arte
se masifica y se introduce en la industria.
Las
palabras y las cosas son pues elementos intercambiables y con posibilidades de
adicionarse al infinito sin que a nadie le llame la atención, es lo que se ha
dado en llamar pastiche cultural, una sucesión de elementos a la manera de un
clip de la MTV, imágenes que se suceden a la velocidad del rayo sin contexto o
coherencia aparente, una mezcla incesante de elementos reciclados sin valor en
sí mismos, un inmenso collage de componentes cuyo único valor es la superficie
de su imagen.
Como puede
verse a partir de este relato, el modelo cultural del siglo XXI es el factor
fundante de las transformaciones sociales, políticas y económicas que dan forma
a un nuevo paradigma de entendimiento de la realidad.
CUESTIONARIO
GUIA - INTRODUCCION Y UNIDAD N°1:
1) ¿Cuándo
nace el pensamiento moderno?
2) ¿Cuáles
eran los pilares de la modernidad?
3)
Relacionar los siguientes conceptos:
PROGRESO- PASADO-PRESENTE-FUTURO- HISTORIA DEL HOMBRE.
4) ¿Qué
papel juegan el pasado, el presente y el futuro en la posmodernidad?
5) ¿Por
qué la modernidad es el tiempo de alcanzar a la verdad?
6)
Armar
una oración (que tenga lógica) donde aparezcan los siguientes conceptos: RAZON-
DESEO-PROGRESO-PRESENTE
7) ¿Cuáles
fueron los puntos que hicieron entrar en crisis al paradigma de la modernidad?
8)
¿Por
qué se denominan a los hombres posmodernos “proteicos”?
9) ¿Cómo
impactan las nuevas tecnologías en e l tiempo y en el espacio?
10) Menciona características del hombre posmoderno
y su cultura
[1] Padre de la política moderna.
Una de sus obras más importantes fue “El príncipe”. Planteaba como debía ser
los modelos de Estado y el perfil psicológico del príncipe, entre otras cosas.
[2] Escultor y pintor ilaliano
(1475-1564)
[3] Thomas
Hobbes fue un filósofo inglés cuya obra Leviatán influyó de manera importante
en el desarrollo de la filosofía política occidental
[4] David Hume
afirma que todo conocimiento deriva, en última instancia, de la experiencia
sensible, siendo ésta la única fuente de conocimiento y sin ella no se lograría
saber alguno
[5] Padre del liberalismo clásico. Locke sostenía que en el momento del
nacimiento la mente es una tabula rasa y el conocimiento se da por la
experiencia sensible.
[6] Rousseau
produjo uno de los trabajos más importantes de la época de la Ilustración;
a través de su Contrato Social, hizo surgir una nueva política. Esta
nueva política está basada en la voluntad general, y en el pueblo como
soberano.
[7]
El capitalismo industrial es una nueva fase de este sistema económico, que
llega en medio de un proceso de las revoluciones políticas y tecnológicas en la
segunda mitad del siglo XVIII. Con esta nueva etapa se supera el capitalismo
comercial, también conocido como mercantilismo, que surgió a finales del siglo
XIV
[8] El iluminismo fue un movimiento con el
objetivo de crear conciencia por la propia razón, que llevaría a la confianza,
libertad, dignidad, autonomía, emancipación y felicidad del hombre.
[9] El liberalismo es una doctrina filosófica
con expresiones concretas en el terreno político, económico y social, cuyos
pilares fundamentales son la libertad
individual, la limitación
del papel del Estado en la vida civil y las relaciones económicas,
la protección de la propiedad
privada, la igualdad ante
la ley sustentada en el Estado de derecho, la separación de poderes
y la tolerancia de credos.
[10] corriente
de pensamiento, un modelo teórico-explicativo de la realidad humana que
ha servido como base ideológica de lo que se conoce como materialismo histórico
y dialéctico, del comunismo y de los diferentes tipos de socialismos